Cuando empezamos a hacer ejercicio se produce una reducción del flujo de sangre hacia el útero de un 25% y esta reducción en mayor cuanto más alta sea la intensidad.
Se ha visto que ante ejercicios cerca del 90% de la frecuencia cardiaca máxima aparecen signos de estrés fetal, por lo que no debes superar esa intensidad.
Recuerda que el objetivo en esta etapa no es la mejora del rendimiento.